Revista de CRA

"La ganadería en la Patagonia está pasando por un buen momento"

Daniel Lavayén, Vocal de CRA y Presidente del Consejo Regional Patagonia Norte del INTA, destacó la importancia de la conformación de la Mesa Ovina Nacional y describió la situación actual de las economías regionales.

Recientemente se conformó la Mesa Ovina Nacional ¿Cuál es el espíritu de la misma?

Desde hace bastante tiempo veníamos trabajando con Carlos Vila Moret de la Sociedad Rural Argentina y surgió la necesidad de la conformación de la Mesa Ovina Nacional. Hubo una primera reunión en febrero de la Comisión de Ovinos de La Rural con la Comisión de Ovinos de CRA. Tomamos la coordinación y convocamos a Federación Agraria, CONINAGRO, las Asociaciones de Criadores, la industria, la Federación Lanera Argentina y las curtiembres.

Luego de un año de trabajo entre los productores de todo el país se presentó oficialmente la Mesa en la rural de Palermo. Es nuclea a toda la cadena. El espíritu es buscar las alternativas para mejorar la producción ovina a nivel del país. Sumamos al INTA para incluir una pata técnica. El director de la EEA Valle Inferior de Río Negro, Mauricio Álvarez, es un referente en ovinos

¿Cuáles son los principales ejes que trabajan en la Mesa?

Son cuatro: normativa, productividad, valor agregado y calidad de vida y arraigo rural. Respecto a lo que es normativa, fijamos diferentes temas pero ahora le hemos dado prioridad a la Ley Ovina, que es una herramienta fundamental. Sirvió mucho cuando tuvimos la sequía y los dos volcanes sino no hubieran quedado productores.

En lo que es productividad, abordamos el manejo de la fauna, como por ejemplo los perros cimarrones, el guanaco, el resto el zorro colorado y el chancho jabalí, que son animales que atentan contra la producción ovina. Lo que sugerimos es un control de la fauna. Tenemos que buscar herramientas, hay algunas para el puma, el zorro y el guanaco. En el caso del perro es difícil encontrar una salida porque los ultra-ambientalistas complican la situación.

Con respecto a valor agregado, estamos avanzando con el Ministerio de Agroindustria de la Nación. Hemos tenido reuniones con la cadena de la carne ovina. En los frigoríficos de Santa Cruz hay importación de cordero, pero pensamos que puede haber un desarrollo a nivel país del consumo de la carne ovina. Hoy estamos en 1 kilo 300 gramos per cápita. Estamos en lo que refiere a una tipificación y distintos cortes. Hay una propuesta que también serviría para lo que es exportación. Pero queremos buscar esas alternativas en el mercado interno. Hay un grupo dentro de lo que es la Dirección de Ovinos de Agroindustria que está colaborando con nosotros para encontrar una salida en lo que es la carne y el consumo interno dentro del país.

Por último, en cuanto a calidad de vida y arraigo rural, nos focalizamos en lo que es la conectividad, las comunicaciones, las viviendas, energías alternativas, que son herramientas que ayudarían al arraigo de la gente. No pensamos solamente en el mediano productor, sino en el productor chico también. En Río Negro, Chubut, Neuquén, tenemos productores de subsistencia. Ganadería bovina.

¿Qué sucede con la ganadería bovina y cómo está funcionando la barrera sanitaria?

La ganadería bovina, en el noreste de Río Negro es muy importante. Hoy debemos estar en las 700 mil cabezas de Hereford y Aberdeen Angus. Respecto de la barrera sanitaria, el mes pasado hubo una reunión en el SENASA donde participaron los ministros de producción de las provincias que integran la Patagonia y entidades de productores. Coincidieron en continuar fortaleciendo los controles en la barrera zoofitosanitaria de la región, considerada de gran importancia estratégica para el país. La función de la barrera es evitar el ingreso a la Patagonia de animales en pie así como productos y subproductos de origen animal y vegetal sin certificación zoofitosanitaria.

Si bien la barrera sanitaria hoy la tiene SENASA, hay falencias en los controles y nos parece que hay que reforzarla ya que la ganadería bovina hoy en Patagonia está pasando por un buen momento, inclusive con la exportación. De hecho en el mes de julio se concretó la primera exportación de carne vacuna de la Argentina a Japón a través del Frigorífico del Valle Inferior, Fridevi SA. Es un gran paso, pero tenemos que tener una barrera fuerte, no solamente por la aftosa sino para liberarnos de otras enfermedades, inclusive en el sector verde.

Río Negro se especializa en la producción y procesamiento de frutas ¿Qué es lo que necesita para tener mayor competitividad?

La realidad es que el tipo de cambio favorece la exportación, pero en las nuevas medidas de reintegros habría que ver que no afecte tanto porque hoy el sector frutícola viene de años complicados, no está fácil. Tenemos costos internos muy elevados de servicios como por ejemplo el tema de energía en los galpones de empaque. A pesar de ello esperamos que esta temporada pueda ser buena. Justamente dentro de JONAGRO, el presidente de la Cámara Argentina de Fruticultura Integrados, Pablo Cervi, va a dar una conferencia con un panorama de lo que está pasando con el sector de la pera y la manzana.

En lo que respecta al mercado interno se está tratando. El presidente de Funbapa (Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica), Raúl Vita, es integrante de CRA. Está trabajando con el Ministerio de Agroindustria de la Nación para lo que la pera y la manzana se consuman en las escuelas. Eso ayudaría al chacarero, a los pequeños productores, a los que les cuesta llegar a fin de año, porque entregan la fruta en enero y después de unos largos meses, con todo lo que está pasando a nivel de país con la inflación que tenemos, es complicado llegar a la próxima cosecha.

¿Qué puede contarnos de la vitivinicultura?

Río Negro tuvo mucho de lo que es uva de mesa y bodegas. Hoy disminuyó, pero sí hubo un crecimiento en calidad en lo que es el vino fino, bodegas con exportación. Una bodega como Humberto Canale que tiene más de 100 años está exportando a diferentes partes del mundo y con muy buena calidad. También tenemos otras bodegas con inversiones extranjeras como la de Cinzano, que produce solamente vino para exportación. Ha sido una herramienta importante la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) con el equipamiento de las bodegas y la modernización.

¿Si tuviera que resumirnos las principales dificultades que atraviesa el sector, qué nos diría?

Sin lugar a dudas, los costos, especialmente los costos laborales: aportes y contribuciones, el combustible, porque no se pueden prever los números. En la ganadería bovina por ejemplo mucha gente había empezado a hacer engordes a corral, pero con el crecimiento que tuvieron los valores del grano se complica por las distancias que tenemos.

Por otra parte, otra de las dificultades tiene que ver con las inclemencias climáticas. Tuvimos una sequía y dos volcanes que fueron desastrosos para nuestros productores, no solamente desde la cuestión productiva sino por una cuestión social. En lo que es Ingeniero Jacobacci, Maquinchao, la línea sur, hay muchos pequeños productores y para ellos fue devastador. Mucha gente tuvo que migrar.

Hoy por suerte las cuestiones climáticas mejoraron y la Ley Ovina favoreció a que el crecimiento sea sostenido. Y en la ganadería bovina lo mismo, la sequía llegó al noreste pero en menor medida y muchos vientres se fueron al norte, y por el cierre de la barrera el animal quedaba en la zona y no podía ingresar nuevamente.