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En el semiárido cordobés complica el exceso de agua

En un área de 250 mil hectáreas en Río Segundo y Tercero Arriba, el agua sigue anegando campos y caminos. Cuatro consorcios de conservación de suelo estudiarán la cuenca.

El clima resulta implacable a la hora de imponer sus condiciones a la producción agropecuaria. Su desenvolvimiento puede marcar los extremos de manera indeleble: desde la falta de lluvias hasta el exceso de agua. Y en poco menos de un año.

Esta es la situación que vive la zona semiárida del centro de la provincia, donde hoy el agua parece haber llegado para quedarse. La paradoja es que esta área de 250 mil hectáreas de los departamentos Río Segundo y Tercero Arriba había sido alcanzada por la emergencia agropecuaria por sequía durante la campaña anterior, debido a la escasez de lluvias de verano 2017/2018.

En la última temporada estival ocurrió todo lo contrario. En Oliva, las precipitaciones en los primeros tres meses del año superaron los mil milímetros. El mayor aporte se produjo el 31 de marzo, cuando en 12 horas cayeron 300 milímetros. Lo llamativo es que aún esa masa de agua "circula" por los campos de la zona, desde el oeste hacia el este.

La necesidad de llevar a cabo una sistematización de la cuenca y resolver el problema de anegamiento movilizó a los productores afectados. A comienzo de mayo, con una protesta sobre la autopista que une Córdoba y Rosario y también con negociaciones con la Provincia.

Organización

A partir de un acuerdo público y privado, un estudio técnico preliminar que deberá estar listo en los próximos 60 días será el que determine cuáles son las obras a realizar para que el agua no genere anegamientos y también se pueda aprovechar con fines productivos.

Por lo pronto, ya están conformados cuatro consorcios de conservación de suelo: desde el norte hacia el sur, Algarrobo Viejo, Oliva, Pampayasta y Totoralejo. El objetivo es retener, con la construcción de curvas de nivel y micro embalses, la mayor cantidad de agua posible en un triángulo conformado por el Río Segundo (Xanaes) en el extremo norte, el río Tercero (Ctalamochita) en el vértice sur y la autopista como límite este.

Mientras que aguas abajo (al este de la autopista), productores de la zona de Colazo integraron un consorcio canalero, con la finalidad de conducir el agua hacia el Río Carcarañá y, en menor medida, hacia la laguna Mar Chiquita.

Inconvenientes

"Todavía queda mucho maíz y algo de soja por cosechar que seguro va a tener una merma de rendimiento en aquellos campos anegados. Ni hablar de las complicaciones que tiene en la zona la producción de leche", admitió Raúl José Grassani, productor y presidente del consorcio de conservación de suelo de Oliva.

Se trata de una zona semiárida con una amplia elasticidad en el régimen de lluvias, que puede oscilar entre los 450 milímetros, en épocas de sequía, y superar los 1.100 milímetros anuales. "No alcanza con una buena rotación de cultivos. Se necesitan obras y un trabajo coordinado", sostuvo Gabriel De Raedemaeker, productor de la zona.

Si bien hay muchos lotes con cultivos de invierno afectados por las inundaciones, los más complicados son los productores lecheros.