Ruralistas quieren que el Gobierno impida a Monsanto ejecutar contratos por patentes

 Las entidades rurales volvieron a criticar los contratos que promueve Monsanto para cobrar patentes por su nueva tecnología en semillas de soja y la Federación Agraria Argentina (FAA) pidió ayer, en conferencia de prensa, la intervención del Estado para impedir la aplicación del sistema.

El rechazo llega con el arranca la cosecha de soja, el cultivo en puja por el cobro de la patente, cuando por primera vez se pondrá en práctica el sistema de fiscalización de los granos en los puntos de entrega para su comercialización. Los controles se realizarán en 72 acopios y 18 puertos y los granos que contengan la tecnología RR2 PRO de Monsanto y que no hayan pagado la licencia deberán hacerlo antes de ser exportados, según el contrato que estableció Monsanto con productores del norte de la región agrícola nacional, donde se lleva a cabo este mecanismo, que está a prueba, no sin controversias.
Para la FAA, que en los últimos meses se acercó al Gobierno, "mediante un acuerdo con los exportadores firmado a nuestras espaldas, lo que pretende imponer Monsanto es un virtual esquema de ‘retenciones privadas’".
Estrictamente, los contratos se firman con los productores que quieren sembrar la nueva semilla. El llamado ‘canon tecnológico’ puede ser abonado con al compra de semilla o, si el productor va a reutilizar semilla propia, debe pagar en algún momento para hacer uso de la licencia. Sucede que Monsanto requiere de la colaboración de acopiadores y exportadores en la fase final, para constatar la presencia de la tecnología en el grano y proceder al cobro, si aplica. Por eso, acordó con exportadores y acopiadores un contrato para hacer el control.
La FAA fue más allá e indicó que "el Estado nacional no se puede hacer el desentendido".
Por su parte, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) reiteró ayer "la recomendación hacia los productores agropecuarios de no firmar dichos acuerdos (con Monsanto) y asesorarse ante esta nueva normativa que claramente los perjudica. Y en términos similares se expresó la Sociedad Rural Argentina.
Monsanto cobra patentes en otros países de la región, como Brasil y Paraguay, desde 2004 con un sistema similar al que pretende instaurar en la Argentina. Las negociaciones para traer su nueva tecnología se iniciaron hace varios años, sin llegar a un consenso con las entidades, aunque sí con productores que firmaron los contratos. Desde el año pasado la empresa comercializa su nueva semilla bajo la marca propia Asgrow y licencias a Don Mario, Nidera, ACA y Syngenta.
El costo de la regalía por tonelada de soja era de u$s 10 al inicio de la siembra y es de u$s 15 al final del ciclo. Ayer, el producto se pagó en Rosario $ 1.920 por tonelada.