El compromiso de todos para una producción sostenible
Desde hace más de un siglo que nuestro paÃs se caracteriza por la capacidad de innovación en el desarrollo de la producción de alimentos.
Cuatro décadas atrás, la siembra directa fue el estandarte con el que los productores de nuestro paÃs se pusieron al frente de la revolución agrÃcola, que posibilitó aumentar la producción en base a mejores rendimientos.
Uno de los grandes retos de nuestro mundo consiste en la producción de alimentos para una población en constante crecimiento, bajo sistemas que contemplen la adaptación y resiliencia al cambio climático.
Estamos convencidos de que la Argentina tiene los recursos naturales, tecnológicos y humanos para hacer frente a estos desafÃos, colocando al sector agroindustrial argentino en una posición de vanguardia frente a la búsqueda de inversiones internacionales.
En los últimos años la producción con fitosanitarios está bajo la lupa y el Estado, hasta ahora, no se ocupó de la discusión, dejando en el centro de la polémica al productor. Hoy el Gobierno Nacional sabe que debe tener un rol más activo en pos de potenciar la producción sostenible de alimentos, estando presente en cada uno de sus eslabones.
Bajo esa premisa, se dictó la Resolución Conjunta 1/2018 que conforma un Grupo de Trabajo integrado por expertos de las secretarÃas de Agroindustria, Ambiente y Desarrollo Sustentable, Salud, Ciencia y TecnologÃa, junto con el Senasa, el INTA y representantes del Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA) y del Consejo Federal Agropecuario (CFA), para avanzar en un conjunto de lineamientos de polÃticas sobre aplicaciones de fitosanitarios, que sirvan de marco de referencia, para implementar en los diferentes puntos del paÃs.
El grupo de trabajo presentó un informe que propone doce principios que regirán las polÃticas públicas a nivel nacional sobre aplicaciones de fitosanitarios, especialmente en zonas de amortiguamiento. Estos principios ofrecen una guÃa para abordar el cuidado de la salud, del ambiente y de la producción agrÃcola, sobre la base de instituciones apoyadas en el conocimiento cientÃfico-tecnológico.
Además, encuadra 23 recomendaciones para mejorar las polÃticas públicas. Entre ellas se destacan: el impulso a un proyecto de ley nacional sobre aplicación de fitosanitarios, la creación de una Plataforma de Buenas Prácticas AgrÃcolas (BPA) y el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica de la exposición a fitosanitarios. Además, se encuentran procedimientos para prevenir efectos no deseados sobre la salud y el ambiente, capacitación, comunicación pública, fomento de las buenas prácticas y de la autogestión del sector privado.
El informe, elaborado durante 90 dÃas, fue puesto a consideración de los diversos actores de la población con gran éxito, que lo enriquecieron con las sugerencias hechas a través de las más de 6.000 visitas a la plataforma de argentina.gob.ar.
El objetivo del trabajo, elaborado por actores de diferentes áreas, es que funcione como instrumento para avanzar en polÃticas públicas que mejoren la vida de los productores y los ciudadanos que se encuentren en estas zonas productivas.
Para alcanzar esta meta, estamos convencidos de que hay que trabajar en equipo, coordinados con las provincias y los municipios. Por eso desde el Gobierno Nacional llevamos adelante una campaña para sumar la adhesión a este documento de los diferentes municipios del paÃs, como ya lo han hecho catorce, de la provincia de Entre RÃos, los cuales adhirieron a las Buenas Prácticas de aplicación de fitosanitarios.
Con esto, estamos seguros de que vamos a incentivar tanto la producción como la disminución de la huella ecológica y la adaptación a las limitaciones que nos imponen el cambio climático, la falta de agua y la escasez de tierra para la actividad agrÃcola.
Nuestra agroindustria tiene un potencial capaz de producir alimentos al finalizar la próxima década para 600 millones de personas, una cifra quince veces superior a la de la población de nuestro paÃs. Esto requiere el esfuerzo de todos los sectores, para asà contribuir a fortalecer el equilibrio entre el ambiente y la actividad humana, de manera de ayudar a satisfacer las necesidades presentes y las futuras sobre una sólida base cientÃfica que asegure más alimentos de calidad para nuestro paÃs y el mundo.