Otro golpe al productor, mientras esperamos el gesto de la polÃtica
Comunicado de FARER.
Se acaba de informar, con frialdad y descaro, un nuevo aumento a las retenciones de la soja. Definitivamente, el Gobierno Nacional sigue sin entender la verdadera situación del campo.
A esta altura no sabemos si es ahogo en las cuentas, desinformación o venganza. Si de solidaridad se trata, en los últimos 8 años el sector agropecuario aportó 100 mil millones de dólares en concepto de retenciones, con la consecuente quita de rentabilidad de la actividad, poniendo incluso en riesgo a muchos productores.
No sólo hemos sido solidarios, sino que fuimos y somos los que más aportes realizamos. Mientras tanto el Estado se sigue agrandando y los sueldos de funcionarios, legisladores y del ejército de asesores son cada vez más inverosÃmiles.
Obviamente, para ellos, la generosidad no corre. Estamos viendo que se aplican recetas ya conocidas que nos han llevado al fracaso, que ponen el pie sobre la cabeza de los que producimos generando un cÃrculo vicioso que deja cada vez más excluidos.
Son medidas que desalientan la producción y el desarrollo económico. Sólo les interesa recaudar en el hoy para cubrir los enormes desfasajes que les provoca un Estado elefantiásico cada vez más inoperante y burocrático.
Es imposible reactivar una economÃa castigando a los que invierten, arriesgan y producen. Este modelo va a seguir generando pobreza, marginalidad y migración del campo a los grandes centros urbanos.
Estos tres nuevos puntos porcentuales de retenciones que se les aplica al mismo sector son insignificantes para las cuentas del Estado Nacional, pero son un golpe duro para la ya complicada economÃa del productor. Si se realizara un ajuste real y profundo en la polÃtica argentina, el ahorro para el Estado serÃa muy superior en el corto y en el largo plazo.
Los beneficios serÃan enormes, por un lado, la reducción presupuestaria oxigenarÃa las arcas estatales, por el otro, el gesto de cara a la sociedad que significarÃa la reducción de empleados, la baja en las dietas y sueldos y la eliminación de los gastos de la polÃtica (autos, viáticos, pasajes, asesores, etc.).
Lamentablemente, nada de esto se dijo en el discurso del presidente Alberto Fernández ante el Congreso Nacional de dÃas atrás. Parece que el sacrificio lo deben hacer todos menos la polÃtica. En verdad resulta desgastante. Tal vez desde el Gobierno apuesten a ello.
En estos dÃas el campo debatirá y definirá como se sigue la lucha. PreferirÃamos que nos escuchen a tener que idear formas de protesta. También parece que ya es una metodologÃa habitual que se convoque a las entidades rurales para informarles las medidas y no para dialogar. Ese no es el camino de los consensos.
El productor está harto, agobiado y enojado. No es para menos, en nombre de una falsa solidaridad, le atropellan los derechos y llevan hasta el abismo su trabajo.