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Alfalfa

Tecnología e innovación, claves para la competitividad de la alfalfa argentina

Especialistas coincidieron en que el país puede convertirse en un actor global relevante, pero la logística sigue siendo el principal obstáculo.

Cluster de Alfalfa) y Lucas González (productor de Córdoba). La charla puso el foco en las oportunidades de crecimiento en la exportación de alfalfa de alta calidad, con mercados demandantes como Emiratos Árabes Unidos y China.

Actualmente, la Argentina exporta unas 180 mil toneladas anuales, pero el potencial de producción es mucho mayor. "Hay oportunidades latentes para aumentar la producción de alta calidad y superar a España, que hoy es el segundo exportador detrás de Estados Unidos", destacó Russo.

Uno de los puntos críticos señalados por los panelistas fue el costo logístico, que representa alrededor del 40% del valor final de cada tonelada puesta en destino. Este factor condiciona la competitividad argentina frente a otros jugadores globales.

En esa línea, Lucas González remarcó que la incorporación de tecnología innovadora resulta clave para potenciar los resultados productivos y mejorar la competitividad de la cadena.

Si bien las principales provincias productoras de alfalfa son Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, actualmente se desarrolla un ensayo en Río Negro con resultados muy prometedores. El clima de la región, sumado a la disponibilidad de riego, abre la puerta a una nueva zona productiva que podría contribuir a diversificar la oferta nacional.

El Cluster de Alfalfa, creado hace tres años, ha sido un motor de innovación tecnológica. Sus integrantes realizaron viajes técnicos a EE.UU., Canadá, Europa y Brasil, lo que permitió incorporar maquinaria y procesos modernos para alcanzar los estándares de calidad exigidos por los mercados internacionales.

El consenso del panel fue claro: Argentina tiene condiciones para posicionarse como líder global en alfalfa premium, pero el desafío será optimizar la logística y ampliar el uso de tecnologías avanzadas en todo el país. Con una estrategia coordinada entre productores, industria y Estado, el país podría consolidar un nuevo polo exportador dentro del agro argentino.