La chicharrita se retrae en todo el paÃs, pero el riesgo sigue latente
El último relevamiento de la Red Nacional de Monitoreo muestra que la población de Dalbulus maidis se redujo en las principales regiones maiceras, incluso en zonas endémicas. Sin embargo, los expertos advierten que la transición climática y la aparición de maÃces guachos podrÃan reactivar la plaga.
En el NOA, una de las zonas endémicas, el 33% de las localidades no registró capturas y un 40% se ubicó en niveles mÃnimos (1 a 4 adultos por trampa). Esto significa que tres de cada cuatro localidades presentan hoy un escenario de baja presión del vector.
En el NEA, la situación se mantiene estable respecto al informe anterior, en el cual el 69% de los puntos de monitoreo no se detectó la plaga y un 19% se mantuvo con niveles bajos. Aun asÃ, hubo focos puntuales de mayor presencia, como en Comandante Fontana (Formosa), donde se registraron 188 adultos por trampa.
En el Litoral el 92% de los casos no se detectaron chicharritas y el resto se ubicó en la categorÃa más baja. Esto resulta significativo considerando que el 62% de las localidades ya cuentan con maÃz implantado.
En la región Centro-Norte, la retracción poblacional sigue siendo marcada con un 84% de las localidades en las que no presentó capturas y un 14% quedó en el nivel mÃnimo. Por su parte, el Centro-Sur prácticamente no registra presencia del vector, ya que el 97% de los puntos de monitoreo no detectó adultos y el resto quedó en la categorÃa inferior.
Los especialistas subrayan que este escenario positivo no habilita a relajarse. Por el contrario, la amplitud térmica propia de esta transición estacional puede modificar rápidamente la dinámica poblacional del insecto, ya que estas variaciones de temperatura reducen la longevidad de los individuos, pero también generan fluctuaciones que deben seguirse de cerca para comprender su comportamiento.
Además, remarcan que en las áreas de siembras tardÃas resulta fundamental eliminar los rebrotes de maÃz, ya que funcionan como un "puente verde" que permite la supervivencia de la plaga y los patógenos entre campañas. La vigilancia sobre estos lotes es considerada clave para reducir la presión de inóculo.
Otra recomendación es combinar el uso de trampas cromáticas con inspecciones visuales en cultivos y muestreos con red entomológica, especialmente en gramÃneas invernales y malezas, donde los adultos suelen refugiarse. También se aconseja prestar atención a la coloración del insecto, ya que los adultos más oscuros suelen ser los que sobrevivieron al invierno, mientras que los más claros corresponden a nuevas generaciones.
El informe recuerda que la estrategia debe enmarcarse dentro de un Manejo Integrado de Plagas (MIP), que no se limite al control quÃmico, sino que sume prácticas culturales, monitoreo y decisiones basadas en la información regional.
La retracción actual de la chicharrita ofrece un respiro a los productores en el arranque de la campaña. Sin embargo, la experiencia de campañas pasadas demuestra que confiarse puede ser costoso. El desafÃo es sostener un monitoreo permanente y riguroso, para anticiparse a la plaga y proteger al maÃz, uno de los principales cultivos de la Argentina en la próxima campaña.
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