El Gobierno simplifica el marco vitivinÃcola
El INV redefine su rol y elimina más de 900 normas para desburocratizar al sector y modernizar la actividad.
Un INV enfocado en el producto final
La reforma también redefine las funciones del INV, que dejará de fiscalizar las etapas iniciales e intermedias del proceso productivo para concentrarse exclusivamente en el control del producto final. Su tarea será garantizar que los vinos sean inocuos, aptos para el consumo y libres de adulteraciones. Con este cambio, dejarán de realizarse unas 5.000 fiscalizaciones presenciales por año.
Fin de trámites, permisos y sanciones
La desburocratización avanza con la eliminación de la Declaración Jurada semanal de elaboración, la supresión de multas por presentaciones fuera de término y la desaparición de los permisos de tránsito, que obligaban a las bodegas a gestionar más de 140.000 autorizaciones anuales para mover sus productos. Además, las certificaciones de origen, añada y varietal pasan a ser optativas, mientras que el INV continuará emitiendo únicamente las certificaciones exigidas para exportaciones, tal como lo requieren los paÃses de destino.
Hacia un esquema más ágil y competitivo
Con estos cambios, el Gobierno busca dejar atrás un esquema regulatorio considerado sobredimensionado e ineficaz, que durante años obstaculizó el desarrollo de una de las principales economÃas regionales de la Argentina. La nueva etapa apuesta a un sistema más ágil, focalizado y acorde a las necesidades actuales del sector vitivinÃcola.