CRA en los Medios

Hay más de 200 pedidos para pozos de agua en la región

Resolver el conflicto de concesión para extraer el agua subterránea es el gran desafío que tienen en el Departamento de Irrigación, ante otro año hidrológico malo y alta demanda.

Antes del 2010, se entregaban entre 50 y 60 permisos por año para abrir perforaciones de agua en el Valle de Uco. La alta demanda marcada por el avance vitivinícola y la crisis hídrica obligaron el año pasado a decretar la zona restrictiva para el otorgamiento de nuevas licencias. Desde entonces, esperan cajoneadas más de 200 solicitudes de aperturas de pozo, la mayoría presentadas por grandes inversores que desembarcaron o planean hacerlo en la región.

El agua seguirá escaseando, los informes del INA (Instituto Nacional del Agua) dicen que este será otro 'año seco'. Los inversores piden que la Provincia no frene el progreso. Pequeños y medianos productores denuncian manejos irregulares y defienden como pueden su recurso básico para seguir en el campo. Resolver con equidad la compleja maraña en la que se ha convertido hoy la cuenca subterránea del Valle de Uco será uno de los desafíos más importantes que deberá enfrentar el futuro superintendente de Irrigación.

Para esbozar una solución a este problema, que terminó alejando en medio de un escándalo a Eduardo Frigerio de su puesto al frente del Departamento General de Irrigación, el gobernador Francisco Pérez propuso en plena Vendimia que los pozos sean otorgados por licitación. Apenas pronunciadas, las palabras del gobernador generaron una avalancha de oposiciones. Tantas que el mismo José Luis Álvarez -el hombre pensado para Irrigación- salió días después a minimizar la iniciativa.

"El tema de abrir nuevos pozos o no depende de un balance hídrico, no de quien tenga el dinero para ganar la licitación. Esto perjudicaría directamente a los pequeños y medianos productores", replicó Mario Leiva, el presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco. La entidad presentó una nota de adhesión a la candidatura de Álvarez, pero aprovechó la misma para pedirle, entre otras cosas, que "termine con el robo de agua en el Tunuyán Superior" (ver aparte).

¿Por qué el tema genera tantas rispideces en el Valle de Uco? Porque, en realidad, "las únicas zonas de la provincia donde hoy rige la restricción para abrir nuevas perforaciones es en el Tunuyán Superior y en la margen derecha del Río Mendoza (Agrelo, etc.)", explicó Carlos Dávila, consejero por el Tunuyán Superior, en la actualidad a cargo de la superintendencia. Precisamente de esas dos áreas provienen las denuncias por entregas irregulares de permisos que engrosan el Juri contra Frigerio.

"Hay gente que, hasta hace un tiempo, vendía los permisos de pozos viejos para que los abrieran en otro lugar. Cada vez tienen mayor valor", apunta Alberto (40), un productor de Tupungato. El agricultor explicó que la vida útil de una perforación depende de la calidad del agua, pero en promedio es de 20 años. En toda la cuenca subterránea del Valle de Uco existen empadronados 2.400 pozos, con el título de concesión definitiva.

Según destacó Dávila, frente a este contexto de emergencia hídrica, Irrigación agudizó los controles sobre las perforaciones viejas a fin de evitar el mercadeo de permisos. "Los que llevaban dos años sin bombear, se dieron de baja y cegaron para que no contaminen", advierte el funcionario. Incluso ahora si un pozo queda inactivo -porque se rompe, saliniza, ect.- sólo puede trasladarse dentro de la misma propiedad. Está prohibido usar ese permiso para otro sitio.

Alta demanda

En la actualidad, hay más de 200 solicitudes de aperturas de pozos en el Valle de Uco. Según los expedientes, casi un 80 % de los pedidos corresponden a nuevos actores: grandes emprendimientos que se están iniciando o ampliando. Pero también están los finqueros del lugar, que solicitan una perforación porque, con la crisis hídrica, el agua superficial del turno ya no les alcanza.

Lo cierto es que el productor ha perdido a razón de un tercio del agua superficial que disponía para regar en la última década. En relación a esto, la Sociedad Rural de la región ya habla de una pérdida real del 33 por ciento en la siembra. "Hay productores de Chilecito que optaron por regar sólo el cultivo más productivo y lo demás, que se secara", apuntó Leiva.

La disminución en los volúmenes de agua también se viene registrando desde hace tiempo en las capas subterráneas, incluso hay perforaciones que deben extenderse 10 ó 15 metros más abajo para volver a alcanzar el líquido de la cuenca.

Fue la emergencia hídrica y la alta demanda de permisos lo que llevó a que, en octubre del 2010, los veinte inspectores de cauce de la región votaran por unanimidad la declaración de la cuenca hidrológica del Valle de Uco como una zona de restricción para la entrega de nuevas concesiones.

"Para revertir esta decisión hay que analizar el comportamiento del acuífero. Los informes del INA determinarán cuándo se puede volver perforar y en qué zonas, porque hay algunas más comprometidas que otras", señaló Dávila.

El consejero también salió a criticar la postura del gobernador Pérez. "Si se busca dar trasparencia al otorgamiento de permisos no se puede hablar de licitación. Así, el que más plata tiene se queda con el pozo. Sería una desprotección más para el productor local, que es el que se queda cuando el negocio ya no es rentable", dijo Dávila.