Especias que abren caminos y descubren negociosProsabores La firma nació con el objeto de sustituir las hierbas importadas que desaparecieron de las góndolas con el fin de la convertibilidad. Hoy la marca factura $ 2,5 millones, vende sus productos en tiendas gourmet de Europa y acaba de lanzar una nueva línea de semillas.
ProSabores es otra de las firmas nacidas al ardor de la crisis de 2001. Con una década de historia, la firma da señas claras de que comienzos turbulentos pueden tener finales felices. Aunque, en rigor, la marca 1854 lejos está de su final; acaba de lanzar una nueva línea de semillas, refuerza su presencia en el exterior y suma proyectos e inversiones.
Guillermo García, el creador de ProSabores, era empleado en una metalúrgica en la aurora del siglo. Se desempeñaba como responsable del área de Ventas y Marketing cuando la crisis desencadenó su despido. Mientras tanto, en la Argentina empezaban a aparecer los canales de cocina gourmet y las pantallas se llenaban de chefs que usaban productos que no se conseguían en los mercados (el fin de la convertibilidad había barrido con los productos importados de las góndolas). "La gente veía con interés creciente esos programas pero no conseguía fácilmente productos como cardamomo, cilantro o eneldo. Yo ya había incursionado en el tema de las especias porque me gustaba la cocina y así noté que la necesidad del consumidor pasaba más por comprar los productos que por ver cómo se usaban", rememora García.
Con buenos reflejos, intuición y una parte de la indemnización, García se puso en contacto con proveedores (nacionales e importadores) de materias primas, y empezó comprando pequeñas cantidades. El procesamiento, al principio, se hacía en el fondo de su casa, que se impregnó pronto de aromas: albahaca, ajo, orégano, perejil, mostaza, primero, y las importadas pimientas, jengibre, cardamomo, eneldo, sésamo, curry y canela, después.
El primer lugar donde se exhibieron los productos 1854 no fue un supermercado, sino Morph, el bazar y casa de regalos. "A diferencia de los sobres de especias que se guardaban en un cajón, éstas vienen en un frasco atractivo como accesorio de cocina que sirve para decorar y ambientar", define el emprendedor. Más tarde, sumó a Winery a sus clientes y la vidriera se amplió cuando, en 2004, Coto lo incorporó a su oferta. Más tarde, llegaron Jumbo, Falabella, Carrefour y clientes en todo el país.
Parte de las especias se producen localmente y el resto se importa. Los productos portan la marca país y certificación kosher.
Mantenerse en movimiento
A partir de 2008, García empezó a frecuentar las ferias internacionales. Dos que resultan cita obligada son el Salón Internacional de la Alimentación (SIAL), en París, y la feria Anuga, en Alemania. Precisamente en esta última, en octubre pasado García presentó una nueva línea de productos: 1854 de Alimentos saludables. Se trata de nueve variedades de semillas y mezclas (sésamo, chía, amapola, girasol, zapallo, lino y amaranto) sin conservantes, listas para el consumo, que se presentan en sobres de 40 y 50 gramos. Estos productos, que ya empiezan a ganar espacio en las góndolas locales, se venden entre $ 7 y $ 10. "La creatividad hace que las semillas se consuman casi en cualquier plato. En ensaladas, panes y, los más audaces, hasta las ponen en agua, esperan que germinen unos días, y luego comen los brotes", ejemplifica el empresario.
ProSabores exporta sus productos a Chile, Francia y España, y proyecta vender en Centroamérica y EEUU a través de sus oficinas comerciales instaladas en Indianápolis, EE.UU.. El producto estrella en el exterior es el chimichurri, con distintos blends armados según diferentes regiones argentinas. "Nuestros próximos mercados van a ser los latinoamericanos. Está creciendo el segmento gourmet en Perú, Colombia y Paraguay", dice. La firma prevé este año un crecimiento del 25% en relación a 2011, período en que facturó $ 2,5 millones.
Apuesta continua
El crecimiento, asegura el emprendedor, se logró básicamente con reinversión de utilidades y el crédito de proveedores.
A comienzos del año pasado, con una inversión de unos u$s 200.000, la firma se mudó a una nueva fábrica en Munro, donde se hacen las tareas de procesamiento, molienda, mezclas y envasado de las materias primas que se compra a granel.
La compañía también integra el consorcio Food Concept, junto con Inti Zen, Pampa Gourmet, Biolive, Cuyen y La Suerte, entre otras, que exportan productos argentinos de calidad, orgánicos o con certificación kosher. "Las especias existen hace miles de años, no inventé nada. Yo le puse un diseño diferencial, por eso trabajamos mucho en ese aspecto. Por ahí pasa el éxito", cierra el emprendedor, que desde hace dos años comparte trabajo y proyectos con su hija Laura, también socia de la firma.
Daniela Villaro
Perfil
* Equipo: 7 personas
* Inversiones recientes: u$s 200.000 en 2011 para una nueva fábrica en Munro
* Facturación: $ 2,5 millones
* Exportaciones: 15% de la producción
ProSabores es otra de las firmas nacidas al ardor de la crisis de 2001. Con una década de historia, la firma da señas claras de que comienzos turbulentos pueden tener finales felices. Aunque, en rigor, la marca 1854 lejos está de su final; acaba de lanzar una nueva línea de semillas, refuerza su presencia en el exterior y suma proyectos e inversiones.
Guillermo García, el creador de ProSabores, era empleado en una metalúrgica en la aurora del siglo. Se desempeñaba como responsable del área de Ventas y Marketing cuando la crisis desencadenó su despido. Mientras tanto, en la Argentina empezaban a aparecer los canales de cocina gourmet y las pantallas se llenaban de chefs que usaban productos que no se conseguían en los mercados (el fin de la convertibilidad había barrido con los productos importados de las góndolas). "La gente veía con interés creciente esos programas pero no conseguía fácilmente productos como cardamomo, cilantro o eneldo. Yo ya había incursionado en el tema de las especias porque me gustaba la cocina y así noté que la necesidad del consumidor pasaba más por comprar los productos que por ver cómo se usaban", rememora García.
Con buenos reflejos, intuición y una parte de la indemnización, García se puso en contacto con proveedores (nacionales e importadores) de materias primas, y empezó comprando pequeñas cantidades. El procesamiento, al principio, se hacía en el fondo de su casa, que se impregnó pronto de aromas: albahaca, ajo, orégano, perejil, mostaza, primero, y las importadas pimientas, jengibre, cardamomo, eneldo, sésamo, curry y canela, después.
El primer lugar donde se exhibieron los productos 1854 no fue un supermercado, sino Morph, el bazar y casa de regalos. "A diferencia de los sobres de especias que se guardaban en un cajón, éstas vienen en un frasco atractivo como accesorio de cocina que sirve para decorar y ambientar", define el emprendedor. Más tarde, sumó a Winery a sus clientes y la vidriera se amplió cuando, en 2004, Coto lo incorporó a su oferta. Más tarde, llegaron Jumbo, Falabella, Carrefour y clientes en todo el país.
Parte de las especias se producen localmente y el resto se importa. Los productos portan la marca país y certificación kosher.
Mantenerse en movimiento
A partir de 2008, García empezó a frecuentar las ferias internacionales. Dos que resultan cita obligada son el Salón Internacional de la Alimentación (SIAL), en París, y la feria Anuga, en Alemania. Precisamente en esta última, en octubre pasado García presentó una nueva línea de productos: 1854 de Alimentos saludables. Se trata de nueve variedades de semillas y mezclas (sésamo, chía, amapola, girasol, zapallo, lino y amaranto) sin conservantes, listas para el consumo, que se presentan en sobres de 40 y 50 gramos. Estos productos, que ya empiezan a ganar espacio en las góndolas locales, se venden entre $ 7 y $ 10. "La creatividad hace que las semillas se consuman casi en cualquier plato. En ensaladas, panes y, los más audaces, hasta las ponen en agua, esperan que germinen unos días, y luego comen los brotes", ejemplifica el empresario.
ProSabores exporta sus productos a Chile, Francia y España, y proyecta vender en Centroamérica y EEUU a través de sus oficinas comerciales instaladas en Indianápolis, EE.UU.. El producto estrella en el exterior es el chimichurri, con distintos blends armados según diferentes regiones argentinas. "Nuestros próximos mercados van a ser los latinoamericanos. Está creciendo el segmento gourmet en Perú, Colombia y Paraguay", dice. La firma prevé este año un crecimiento del 25% en relación a 2011, período en que facturó $ 2,5 millones.
Apuesta continua
El crecimiento, asegura el emprendedor, se logró básicamente con reinversión de utilidades y el crédito de proveedores.
A comienzos del año pasado, con una inversión de unos u$s 200.000, la firma se mudó a una nueva fábrica en Munro, donde se hacen las tareas de procesamiento, molienda, mezclas y envasado de las materias primas que se compra a granel.
La compañía también integra el consorcio Food Concept, junto con Inti Zen, Pampa Gourmet, Biolive, Cuyen y La Suerte, entre otras, que exportan productos argentinos de calidad, orgánicos o con certificación kosher. "Las especias existen hace miles de años, no inventé nada. Yo le puse un diseño diferencial, por eso trabajamos mucho en ese aspecto. Por ahí pasa el éxito", cierra el emprendedor, que desde hace dos años comparte trabajo y proyectos con su hija Laura, también socia de la firma.
Daniela Villaro
Perfil
* Equipo: 7 personas
* Inversiones recientes: u$s 200.000 en 2011 para una nueva fábrica en Munro
* Facturación: $ 2,5 millones
* Exportaciones: 15% de la producción