El campo y un nuevo desafío: cómo moverse entre la crisis cambiaria, la catástrofe productiva por la sequía y la incertidumbre pre-electoralComunicado de CRA.
El año 2023 sigue peor que cuando comenzó. La herencia de 2022 fue una muy cosecha de trigo castigada por la sequía, y fuertes impactos negativos sobre el stock vacuno en varias regiones, por el mismo tema.
El verano fue la despedida una larga "Niña" de tres años, con un impacto final que deja la producción de maíz y soja en conjunto con 40 millones menos de toneladas que en 2022, y con USD 22.500 M menos de exportaciones.
Todo con políticas públicas agropecuarias de alta presión tributaria, límites al comercio y brecha cambiaria promedio de 100% desde hace tres años.
La perspectiva es menor intención de siembra de trigo, por problemas de liquidez y acceso a fertilizantes importados por incertidumbre de oferta y de precio, y porque las precipitaciones de abril fueron insuficientes para lograr mayor humedad en muchos suelos. Esto implica menor liquidez hacia fin de año, por menor producción de cosecha fina.
A esto se suma el problema de la ganadería y la lechería, por impactos de la sequía y de las políticas. Y las economías regionales, que sufren enormemente la brecha cambiaria.
Hay que enfrentar problemas de la cadena de pagos, derivados de la sequía y de las políticas económicas vigentes hacia el sector, que son negativas porque limitan los incentivos a producir.
Un año de recesión, donde caerán las ventas internas, por el agravamiento de la crisis.
También hay que enfrentar incrementos crecientes de costos de producción, por efecto de la dinámica acelerada de la inflación y del descontrol cambiario.
Postergar decisiones de inversión, dada la incertidumbre cambiaria, agravada en el último mes, y que probablemente se agrave más ante la incertidumbre pre-electoral hasta las PASO de agosto.
En función del resultado de las PASO, la incertidumbre puede reducirse o incluso aumentarse, postergando decisiones económicas del agro y de todos los sectores hacia fin de año, esperando el cambio de gobierno.
Desde ya, en este contexto, de CRA se plantea a pre-candidatos a presidente y a sus equipos económicos la imprescindible urgencia de resolver la brecha cambiaria, generando un tipo de cambio único, liberalizar el comercio, eliminar los derechos de exportación, e implementar un plan anti-inflacionario con baja drástica del déficit fiscal, para poder volver a producir, reactivar la economía y generar más empleo.
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El año 2023 sigue peor que cuando comenzó. La herencia de 2022 fue una muy cosecha de trigo castigada por la sequía, y fuertes impactos negativos sobre el stock vacuno en varias regiones, por el mismo tema.
El verano fue la despedida una larga "Niña" de tres años, con un impacto final que deja la producción de maíz y soja en conjunto con 40 millones menos de toneladas que en 2022, y con USD 22.500 M menos de exportaciones.
Todo con políticas públicas agropecuarias de alta presión tributaria, límites al comercio y brecha cambiaria promedio de 100% desde hace tres años.
La perspectiva es menor intención de siembra de trigo, por problemas de liquidez y acceso a fertilizantes importados por incertidumbre de oferta y de precio, y porque las precipitaciones de abril fueron insuficientes para lograr mayor humedad en muchos suelos. Esto implica menor liquidez hacia fin de año, por menor producción de cosecha fina.
A esto se suma el problema de la ganadería y la lechería, por impactos de la sequía y de las políticas. Y las economías regionales, que sufren enormemente la brecha cambiaria.
Hay que enfrentar problemas de la cadena de pagos, derivados de la sequía y de las políticas económicas vigentes hacia el sector, que son negativas porque limitan los incentivos a producir.
Un año de recesión, donde caerán las ventas internas, por el agravamiento de la crisis.
También hay que enfrentar incrementos crecientes de costos de producción, por efecto de la dinámica acelerada de la inflación y del descontrol cambiario.
Postergar decisiones de inversión, dada la incertidumbre cambiaria, agravada en el último mes, y que probablemente se agrave más ante la incertidumbre pre-electoral hasta las PASO de agosto.
En función del resultado de las PASO, la incertidumbre puede reducirse o incluso aumentarse, postergando decisiones económicas del agro y de todos los sectores hacia fin de año, esperando el cambio de gobierno.
Desde ya, en este contexto, de CRA se plantea a pre-candidatos a presidente y a sus equipos económicos la imprescindible urgencia de resolver la brecha cambiaria, generando un tipo de cambio único, liberalizar el comercio, eliminar los derechos de exportación, e implementar un plan anti-inflacionario con baja drástica del déficit fiscal, para poder volver a producir, reactivar la economía y generar más empleo.