"Las bodegas han destruido el mercado de uva", señaló LeivaEn el Valle de Uco, el Presidente de la Sociedad Rural, denunció la grave crisis del sector vitivinícola por precios bajos, pagos demorados y concentración del mercado.
Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, encendió la alarma sobre la crítica situación que atraviesan los pequeños y medianos productores de uva en la región. Mario Leiva expuso con dureza el impacto de las condiciones climáticas, los bajos precios pagados por las bodegas y la creciente concentración del mercado vitivinícola.
"No hubo mucha más uva como dicen los informes interesados en que haya mucha uva para pagar menos, hubo un poquito más de uva", sostuvo Leiva y agregó que "a pesar de que hubo inclemencias climáticas fuertes en la zona del Valle de Uco, donde, las uvas de allí son absolutamente varietales".
Además, señaló que las bodegas están demorando los pagos de forma significativa: "La cosecha terminó en noviembre/ diciembre, recién ahora las bodegas están emitiendo cheques escalonadamente hasta seis meses, y en algunos casos hasta nueve meses".
La situación económica se vuelve insostenible para los productores: "En el mejor de los casos está pagando el mismo precio que el año pasado, estoy hablando de $600/$550 el quintal de una uva de primerísima calidad" destacó Leiva y explicó que son vinos de guarda, de primerísimo nivel, que casi todos se exportan. "La bodega sigue generando esa posición dominante de pagar lo que quieren y cuando quiere", resaltó el titular de la rural.
Leiva explicó que los costos operativos siguen aumentando, mientras los ingresos no acompañan: "Un costo operativo, podar, generar parcialización en invierno, tiene un costo promedio de USD 4200 y con los precios que están pagando es un negocio que, para el pequeño y medio de un productor, hay una renta negativa" y opinó: "Estamos frente a un problema muy serio ya que muchos productos están abandonando".
Consultado sobre las consecuencias, Leiva fue contundente: "Yo creo que el productor que no puede afrontar este año, porque todavía no le llegó la paga se va a hacer cada vez más difícil, y va a abandonar la finca" y contó que ya están abandonando fincas, están vendiendo fincas históricas, emprendimientos familiares de tercera generación, que se están vendiendo porque los hijos de esos productores se van. "No siguen con la viña, porque hoy no es rentable, generar una reconversión en la viña es carísima", sentenció. La reconversión productiva, según detalló, implica inversiones muy altas y plazos largos. Tarda tres años en dar uva, lo que requiere una inversión de 60 mil dólares y esperar de tres a cuatro años para tener una producción óptima al quinto año. Aunque a los tres años ya se puede empezar a amortizar, con una muy buena conducción, los gastos. "Hoy no invierte gente nueva, sino aquellos que son grandes, que están en carrera y van comprando los que abandonan", destacó Leiva
Asimismo, denunció la falta de políticas públicas efectivas: "Las bodegas han destruido el mercado de uva" y contó que se había logrado generar un espacio que el gobierno provincial nos había dado la mano para hacerlo, y el mismo gobierno ahora lo sacó".
Concluyó advirtiendo sobre la creciente concentración del sector: "Hoy el negocio del vino está absolutamente concentrado por las bodegas que están en Bodegas Argentina, como Peñaflor y su grupo, y cada vez pequeñas bodegas se transforman dentro de las listas para ese emporio" y opinó: "Como no hay intervención, que tiene que ser el Estado, la bodega que concentra negocios hace lo que quiere".
Para Leiva, la salida pasa por mejorar el precio que se paga al productor y contar con un mecanismo institucional de regulación: "Todavía hace falta le mejoren el precio y que haya un árbitro que genere una posición comercial mucho más clara, para que sea previsible su negocio. Sino se van de la actividad, los que pueden cambian de producción, y los que no pueden vender".
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Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, encendió la alarma sobre la crítica situación que atraviesan los pequeños y medianos productores de uva en la región. Mario Leiva expuso con dureza el impacto de las condiciones climáticas, los bajos precios pagados por las bodegas y la creciente concentración del mercado vitivinícola.
"No hubo mucha más uva como dicen los informes interesados en que haya mucha uva para pagar menos, hubo un poquito más de uva", sostuvo Leiva y agregó que "a pesar de que hubo inclemencias climáticas fuertes en la zona del Valle de Uco, donde, las uvas de allí son absolutamente varietales".
Además, señaló que las bodegas están demorando los pagos de forma significativa: "La cosecha terminó en noviembre/ diciembre, recién ahora las bodegas están emitiendo cheques escalonadamente hasta seis meses, y en algunos casos hasta nueve meses".
La situación económica se vuelve insostenible para los productores: "En el mejor de los casos está pagando el mismo precio que el año pasado, estoy hablando de $600/$550 el quintal de una uva de primerísima calidad" destacó Leiva y explicó que son vinos de guarda, de primerísimo nivel, que casi todos se exportan. "La bodega sigue generando esa posición dominante de pagar lo que quieren y cuando quiere", resaltó el titular de la rural.
Leiva explicó que los costos operativos siguen aumentando, mientras los ingresos no acompañan: "Un costo operativo, podar, generar parcialización en invierno, tiene un costo promedio de USD 4200 y con los precios que están pagando es un negocio que, para el pequeño y medio de un productor, hay una renta negativa" y opinó: "Estamos frente a un problema muy serio ya que muchos productos están abandonando".
Consultado sobre las consecuencias, Leiva fue contundente: "Yo creo que el productor que no puede afrontar este año, porque todavía no le llegó la paga se va a hacer cada vez más difícil, y va a abandonar la finca" y contó que ya están abandonando fincas, están vendiendo fincas históricas, emprendimientos familiares de tercera generación, que se están vendiendo porque los hijos de esos productores se van. "No siguen con la viña, porque hoy no es rentable, generar una reconversión en la viña es carísima", sentenció. La reconversión productiva, según detalló, implica inversiones muy altas y plazos largos. Tarda tres años en dar uva, lo que requiere una inversión de 60 mil dólares y esperar de tres a cuatro años para tener una producción óptima al quinto año. Aunque a los tres años ya se puede empezar a amortizar, con una muy buena conducción, los gastos. "Hoy no invierte gente nueva, sino aquellos que son grandes, que están en carrera y van comprando los que abandonan", destacó Leiva
Asimismo, denunció la falta de políticas públicas efectivas: "Las bodegas han destruido el mercado de uva" y contó que se había logrado generar un espacio que el gobierno provincial nos había dado la mano para hacerlo, y el mismo gobierno ahora lo sacó".
Concluyó advirtiendo sobre la creciente concentración del sector: "Hoy el negocio del vino está absolutamente concentrado por las bodegas que están en Bodegas Argentina, como Peñaflor y su grupo, y cada vez pequeñas bodegas se transforman dentro de las listas para ese emporio" y opinó: "Como no hay intervención, que tiene que ser el Estado, la bodega que concentra negocios hace lo que quiere".
Para Leiva, la salida pasa por mejorar el precio que se paga al productor y contar con un mecanismo institucional de regulación: "Todavía hace falta le mejoren el precio y que haya un árbitro que genere una posición comercial mucho más clara, para que sea previsible su negocio. Sino se van de la actividad, los que pueden cambian de producción, y los que no pueden vender".