Del árbol al mueble terminado: el reto de agregar valor en cada etapaEl sector foresto maderero es uno de los considerados estratégicos. Hoy, busca equilibrar la balanza comercial con nuevas inversiones productivas y mayor tecnología.
En lala Argentina, el sector foresto-maderero representa 5,9 puntos del Producto Bruto industrial y está formado por unas 15.000 pymes que generan 160.000 empleos directos, según el ministerio de Industria.
El sector del papel, madera y mueble fue incluido entre los 10 considerados estratégicos por el Plan Industrial 2020 (PEI). Esta decisión se fundamentó en la importancia del sector pero, en particular, por el creciente déficit en la balanza comercial. Habiendo superado, en 2011, los u$s 1.000 millones de déficit, el PEI estima que, si no se realizan las inversiones necesarias, este déficit superará los u$s 2.600 millones en 2020", evalúa Jorge Barros, socio de la Cámara de la Madera (Cadamda). El responsable de ese déficit es, esencialmente, el sector papel y cartón, que representó el 58% de las importaciones en 2011 y explicó un 75% del déficit anual de la balanza comercial.
Focalizar las inversiones
Cabe recordar que el objetivo del PEI 2020 es la sustitución de importaciones, con foco en las inversiones a realizar. "La Argentina comenzó las forestaciones como una política de sustitución de importaciones de papeles a mediados del siglo pasado, especialmente con la creación del IFONA en los 60. Las últimas inversiones importantes en industrias de celulosa y papel vinculadas a la forestación se realizaron bajo la ley de promoción nº 20.560. La última inversión greenfield de una planta de celulosa y papel de base forestal en la Argentina se realizó, bajo este régimen en 1982", remarca.
Cadamda estima que el país cuenta con 1,2 millones de hectáreas de bosque cultivados, de los cuales el 80% están en la Mesopotamia. Hoy, las cuencas tradicionales de salicáceas en Delta, la de pino del norte de Misiones, y la de eucalipto de Entre Ríos se encuentran en un relativo equilibrio entre la oferta de madera y la demanda industrial, mientras que la nueva cuenca de pino de Corrientes tiene superávit de materia prima y requiere poner en valor las forestaciones plantadas en los últimos 20 años.
"El modelo original de sustitución de importaciones se focalizó en la producción de fibra para celulosa y papel. Ese modelo supone plantaciones de alta densidad sin manejo por calidad. La Argentina ha ido moviéndose hacia modelos de producción con búsqueda de bosques de calidad -lo que implica raleos, podas y certificación- y uso integral de la madera", dice Barros.
El mayor valor del árbol por unidad de volumen lo tiene la madera sólida, pero esto representa sólo alrededor del 20% del producido de un bosque. La transformación de la madera, dice Barros, debe continuar en el mayor agregado de valor: desde aberturas y pisos hasta la construcción de viviendas con madera; muebles; papeles y envoltorios especiales, químicos (biorrefinerías).
Buen papel
¿Alcanza la actual oferta de materia prima para sustituir las importaciones de papeles? "La Argentina importa tanto papeles de fibras largas como cortas, por lo que el recurso disponible hoy serviría para la sustitución de papeles marrones de embalajes y otros papeles craft de alta resistencia", sostiene Barros. La importación actual de papel ronda el millón de toneladas y desde Cadamda estiman que se podría producir esa cantidad, lo que implica que alcanzaría a equilibrar la balanza comercial del sector. Por otro lado, la producción de madera y tableros permitiría aumentar un 50% la producción actual. Y la instalación de 94 MW de capacidad instalada de energía permitiría prácticamente cumplir la meta del GENREN de lograr 100 MW de capacidad instalada de energía renovable para 2020 y, además, en una política de clusters, generar la energía que requiere el sector para su desarrollo.
Incorporación de tecnología
En el país, hay unas 2.200 fábricas de muebles. El sector está integrado, básicamente, por pymes, con entre siete y ocho empleados promedio, según datos de la Federación Argentina de Industria Madereras y Afines (Faima). El régimen de licencias no automáticas (LNA) "promovieron inversiones muy importantes en el sector. Pero hay que tener en cuenta que las primeras etapas de la inversion sustitutiva demanda importación de maquinarias y matrices", advierte Pedro Reyna, presidente de Faima. Y agrega que, ante la crisis europea, se plantea una gran oportunidad para importar tecnología de punta a menores precios.
Según la federación, la industria del mueble argentina exporta apenas u$s 50 millones. Otra de los puntos pendientes, pasa por la comercialización. "El marketing es una materia a aprobar por el sector. Hay empresas que duplicaron sus inversiones en capital de trabajo en los últimos cinco años. La mano de obra es muy buena y se ha diversificado la cantidad de mueblerías, pero no hay una estructura de distribución que las abarque", evalúa.
Además, desde Faima proponen trabajar sobre las etapas primarias en genética de las maderas. "Tenemos que aumentar los niveles de productividad y hacer crecer un escalón a los fabricantes de micro y pequeños. Y para eso se necesita inversión", sostiene Reyna, titular de Mobel Art, una pyme de muebles de oficina con 25 empleados.
M.G.E. y D.V.
En lala Argentina, el sector foresto-maderero representa 5,9 puntos del Producto Bruto industrial y está formado por unas 15.000 pymes que generan 160.000 empleos directos, según el ministerio de Industria.
El sector del papel, madera y mueble fue incluido entre los 10 considerados estratégicos por el Plan Industrial 2020 (PEI). Esta decisión se fundamentó en la importancia del sector pero, en particular, por el creciente déficit en la balanza comercial. Habiendo superado, en 2011, los u$s 1.000 millones de déficit, el PEI estima que, si no se realizan las inversiones necesarias, este déficit superará los u$s 2.600 millones en 2020", evalúa Jorge Barros, socio de la Cámara de la Madera (Cadamda). El responsable de ese déficit es, esencialmente, el sector papel y cartón, que representó el 58% de las importaciones en 2011 y explicó un 75% del déficit anual de la balanza comercial.
Focalizar las inversiones
Cabe recordar que el objetivo del PEI 2020 es la sustitución de importaciones, con foco en las inversiones a realizar. "La Argentina comenzó las forestaciones como una política de sustitución de importaciones de papeles a mediados del siglo pasado, especialmente con la creación del IFONA en los 60. Las últimas inversiones importantes en industrias de celulosa y papel vinculadas a la forestación se realizaron bajo la ley de promoción nº 20.560. La última inversión greenfield de una planta de celulosa y papel de base forestal en la Argentina se realizó, bajo este régimen en 1982", remarca.
Cadamda estima que el país cuenta con 1,2 millones de hectáreas de bosque cultivados, de los cuales el 80% están en la Mesopotamia. Hoy, las cuencas tradicionales de salicáceas en Delta, la de pino del norte de Misiones, y la de eucalipto de Entre Ríos se encuentran en un relativo equilibrio entre la oferta de madera y la demanda industrial, mientras que la nueva cuenca de pino de Corrientes tiene superávit de materia prima y requiere poner en valor las forestaciones plantadas en los últimos 20 años.
"El modelo original de sustitución de importaciones se focalizó en la producción de fibra para celulosa y papel. Ese modelo supone plantaciones de alta densidad sin manejo por calidad. La Argentina ha ido moviéndose hacia modelos de producción con búsqueda de bosques de calidad -lo que implica raleos, podas y certificación- y uso integral de la madera", dice Barros.
El mayor valor del árbol por unidad de volumen lo tiene la madera sólida, pero esto representa sólo alrededor del 20% del producido de un bosque. La transformación de la madera, dice Barros, debe continuar en el mayor agregado de valor: desde aberturas y pisos hasta la construcción de viviendas con madera; muebles; papeles y envoltorios especiales, químicos (biorrefinerías).
Buen papel
¿Alcanza la actual oferta de materia prima para sustituir las importaciones de papeles? "La Argentina importa tanto papeles de fibras largas como cortas, por lo que el recurso disponible hoy serviría para la sustitución de papeles marrones de embalajes y otros papeles craft de alta resistencia", sostiene Barros. La importación actual de papel ronda el millón de toneladas y desde Cadamda estiman que se podría producir esa cantidad, lo que implica que alcanzaría a equilibrar la balanza comercial del sector. Por otro lado, la producción de madera y tableros permitiría aumentar un 50% la producción actual. Y la instalación de 94 MW de capacidad instalada de energía permitiría prácticamente cumplir la meta del GENREN de lograr 100 MW de capacidad instalada de energía renovable para 2020 y, además, en una política de clusters, generar la energía que requiere el sector para su desarrollo.
Incorporación de tecnología
En el país, hay unas 2.200 fábricas de muebles. El sector está integrado, básicamente, por pymes, con entre siete y ocho empleados promedio, según datos de la Federación Argentina de Industria Madereras y Afines (Faima). El régimen de licencias no automáticas (LNA) "promovieron inversiones muy importantes en el sector. Pero hay que tener en cuenta que las primeras etapas de la inversion sustitutiva demanda importación de maquinarias y matrices", advierte Pedro Reyna, presidente de Faima. Y agrega que, ante la crisis europea, se plantea una gran oportunidad para importar tecnología de punta a menores precios.
Según la federación, la industria del mueble argentina exporta apenas u$s 50 millones. Otra de los puntos pendientes, pasa por la comercialización. "El marketing es una materia a aprobar por el sector. Hay empresas que duplicaron sus inversiones en capital de trabajo en los últimos cinco años. La mano de obra es muy buena y se ha diversificado la cantidad de mueblerías, pero no hay una estructura de distribución que las abarque", evalúa.
Además, desde Faima proponen trabajar sobre las etapas primarias en genética de las maderas. "Tenemos que aumentar los niveles de productividad y hacer crecer un escalón a los fabricantes de micro y pequeños. Y para eso se necesita inversión", sostiene Reyna, titular de Mobel Art, una pyme de muebles de oficina con 25 empleados.
M.G.E. y D.V.